miércoles, 3 de febrero de 2021

 EL TURNO DE LA ÉTICA 


Somos un pueblo bien educado. No nos gusta  que se nos cuele nadie. Rugimos en la cola del supermercado pero balamos en las urnas.

Nos leen con voz impostada y sin salirse del dictado sugerido, un elaborado discurso sobre trasparencia y responsabilidad, y nos complace. Se ha hecho justicia.

Saltarse el turno ya es pena capital. Dimisión y listo. 

Así de fácil.

Mentir, robar, ocupar a dedo cargos públicos, destinar dinero público a sanear empresas amigas, privatizar servicios públicos y demás sucios menesteres, ya parece cosa más difícil, a juzgar por las escasas dimisiones.

Es cuestión de tiempo el que toda la población esté vacunada, por eso es extraño que un simple salto de turno tenga el máximo castigo que en política se puede dar.

 Si por el contrario, fuese mentira la universalidad de las dosis, sería muy grave lo ocurrido, y la consecuencia sería acertada.

 Si no es así, entrarían  en el mismo paquete de los que anunciaron un ritmo lento de vacunación para garantizar la segunda dosis que veintiún días después ha desaparecido.

 ¿Dónde están esas segundas dosis? ¿tendrían que dimitir también por mentir o por su mala gestión?  ¿Y eso de que iban a vacunar a toda la población más vulnerable? ¿Residencias públicas,  residencias privadas o concertadas, personas dependientes en sus casas? ¿Población de riesgo?¿Personal sanitario aunque tenga 25 años? ¿Personal de plantilla, personal sustituto?. Muchas dudas, mucha confusión y a río revuelto...

Los protocolos no son estrictos como hemos sufrido durante la pandemia. Cada día se llenan de cambios y nuevas directrices porque las situaciones son lo suficientemente novedosas e imprevisibles como para ello

Hasta ahí, todo sería correcto si no fuese porque NADIE dice la verdad. 

Nos tratan como si fuésemos imbéciles de baba o infantiles.

 Y esto viene derivado del ADN político que dirige nuestras vidas, de la falta de ética y honestidad de las personas que llegan a puestos de poder. No hace falta que roben o asesinen para saber que la falta de ética, esa que tanto se valoraba en la Antigua Grecia para dirigir los asuntos de toda la ciudadanía, es lo que nos ha llevado a estar gobernados por la mediocridad de la mediocridad del espectro político.

Nadie dijo que tomar decisiones fuese sencillo,  pero se necesita una piel especial para trabajar al servicio de lo común.

Lo que estamos viviendo continuamente, gracias a la estrecha colaboración de unos medios informativos que no persiguen la verdad, no es más que el intento de ocultar una mala gestión y la interesada estrategia de dirigir esta pandemia con resultados políticos, no en términos de salud pública. Así la ineficacia , incompetencia e inaptitud se ocultan con resoluciones de cadalso público.

La política está llena de Herodes*, que amparándose en la decisión del pueblo, salvan a Barrabases y crucifican a Cristos, mientras ellos lavándose las manos, siguen practicando la vieja encomienda: 

“Si eres de los míos, te salvas”. 

Y la Historia, siempre la escriben los “vivos”.




*Me he permitido la licencia de cambiar a Poncio Pilates por Herodes, porque este último ni siquiera se lavó las manos después del infanticidio. Se sentía inmune. Como los actuales.


 #ÉticaenPolítica  #PoliticaCorrupta