CARTAS AL
DIRECTOR (ALGÚN DÍA TAMBIÉN A LA DIRECTORA)
02.11.09 -
Celia Heras Hernando | Bilbao
Últimamente, ante las distintas
desgracias, miserias y perversiones humanas, se ha extendido un comentario muy
generalizado: 'Hay que acostumbrarse, porque es lo que hay'.
Sin embargo, a mí
cada vez me ocurre, con más intensidad, lo contrario.
No me acostumbro a los asesinatos en
nombre de la patria.
No me acostumbro al terrorismo de
Estado.
No me acostumbro a la violencia de
género.
No me acostumbro a los pederastas ni a
los xenófobos.
No me acostumbro a la impasibilidad de
los gobiernos.
No me acostumbro a los políticos
corruptos.
No me acostumbro a la mediocridad de
la clase dirigente.
No me acostumbro a los vampiros
empresariales y banqueros.
No me acostumbro a los trabajadores
vagos.
No me acostumbro a la desigualdad manifiesta.
No me acostumbro a los estómagos agradecidos.
No me acostumbro a la pobreza originada.
No me acostumbro a la doble moral hipócrita y vetusta.
No me acostumbro al intelecto dormido y dominado.
No me acostumbro porque no lo tolero.
Actualmente, con el pretexto de la tolerancia, nos volvemos
indulgentes y no solemos intervenir ni en opiniones ni en acciones que nos
resultan abominables.
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