Soy abolicionista, vaya por delante mi
posición respecto de la prostitución, donde se manifiestan a mi
juicio, todas las violencias que se pueden ejercer contra las
mujeres.
Además soy sindicalista hasta la
médula, porque entiendo que el mercado laboral tiene que estar
regulado para dignificar constantemente las condiciones de las
personas asalariadas, que somos la gran mayoría.
Cuando en Agosto leí la noticia de que
se había constituido un sindicato de trabajadoras sexuales, pensé
que era una broma, de mal gusto, pero broma.
La realidad fue más dura. Era verdad,
y como mujer feminista me sentí doblemente golpeada.
Primero porque como he señalado antes,
la prostitución es el máximo exponente de las violencias que ejerce
el sistema patriarcal contra las mujeres, y segundo porque considerar
que el ejercicio de la prostitución es un trabajo, con relaciones
contractuales es ultrajar y deshonrar la labor que las organizaciones
sindicales realizan.
El derecho a fundar sindicatos lo
tienen los y las trabajadoras por cuenta ajena, no
existe el derecho de sindicación entre las personas autónomas, y
solo por esto este sindicato de nueva creación denominado OTRAS, no
tenía que haber sido inscrito con el resto de organizaciones
sindicales. No hay contratos que lo avalen.
Pero
además, leídos sus estatutos llama la atención su ámbito
funcional art.4 ...”el sindicato desarrollará sus actividades en
el ámbito funcional de las actividades relacionadas con el trabajo
sexual en todas sus vertientes." y por no abundar más , el resto de
artículos en lenguaje masculino, aún a pesar de que representan o
pretenden representar a un 99% de mujeres que esta en la
prostitución.
El
uso de lenguaje masculino, evidentemente es subsanable, pero muy sospechoso desde su inicio,de que efectivamente esté elaborado y
pensado por y para mujeres.
Por
todo esto, no entiendo cómo la Administración se descuidó tanto en
su registro, y tampoco entiendo las palabras de la Ministra de
trabajo, aludiendo que ha sido "un gol en toda la escuadra".
Lo
siento, para mí ha sido una patada en los dientes, un puñetazo en
la boca del estómago, que me ha dejado sin respiración y
completamente noqueada.
Cuánto trabajo queda por hacer en las instituciones, en los Gobiernos y en sociedades que se proclaman mayoritariamente feministas. Largo recorrido nos queda también para abordar la prostitución con todas sus aristas.
Cuánto trabajo queda por hacer en las instituciones, en los Gobiernos y en sociedades que se proclaman mayoritariamente feministas. Largo recorrido nos queda también para abordar la prostitución con todas sus aristas.
Ayudar
a las mujeres que se encuentran en el mundo de la prostitución,
SIEMPRE y con absoluta prioridad, pero organizar esperpentos de
organizaciones que pretender perpetuar la forma de esclavitud de la
mujeres, NUNCA.
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