lunes, 11 de noviembre de 2024

 

PERSONAS Y PERSONAJES


Cuando Trump anda detrás del asalto al Capitolio, cuando es condenado varias veces por abusos sexuales, no es una persona devorada por el personaje.

Netanyahu no pierde su papel cuando ordena bombardear un campo de refugiados cerca de Rafah, y resuenan sus escándalos sexuales.

El caso de Errejón, salvando la distancia de los puestos de poder, tampoco.

El problema es que estas personas llevan en su ADN valores machistas, clasistas, xenófobos y prepotentes. Ejercen el poder por ser hombres y el GRAN PODER porque gobiernan países o están en órganos de decisión cuyas consecuencias repercuten en la ciudadanía.

No son casos aislados, ni localizados geográficamente en un territorio. Es el día a día en cualquier rincón del planeta. Son hombres borrachos de poder, falta de empatía, egocentrismo, soberbia y arrogancia que no se arrugan ni cuando parecen disculparse.

 “No volverá a ocurrir” decía otro de esta cuadrilla, muy campechano.

Estas personas seguirán defendiendo su psicopatía refugiándose en el personaje, pero no son actores representando un papel. Es mucho más grave.

 Es la decadencia absoluta de los valores humanos.



*Publicada en El Correo y en el Deia 08 /11 /2024 en la sección Cartas a la Dirección

miércoles, 7 de agosto de 2024

                            PARÍS Y LOS JUEGOS ETERNOS

Aún suenan los ecos digitales sobre la inauguración de lo JJ.OO. Pudo ser tediosa y sorprendente; espectacular y transgresora, pudo ser de todo menos consecuente con los valores que abanderan tanto Francia como los países llamados democráticos.

No permitir que Rusia y Bielorrusia participen en estos juegos por motivos bélicos pero dejar que la presencia de EE.UU., e Israel se pasee con total inmunidad, es de una hipocresía supina.

Libertad, igualdad y fraternidad, esos principios que han querido resaltar en París, se han quedado obsoletos y denostados por los intereses financieros e imperialistas, empeñados en que las alcantarillas de París sigan teniendo atractivo turístico. Mucha imagen, para ocultar intenciones y negocios. Pan y circo como en la antigua Roma. Nada ha cambiado.

                                     




lunes, 3 de junio de 2024



 

                                                      MALOS VIENTOS 


Esta es la expresión utilizada por Macron ante el auge de la extrema derecha en Europa. 

Miles de muertos en Siria, Ucrania, Gaza y millones de desplazamientos migratorios hacia la vieja Europa para sobrevivir. 

Mientras hablan de libertades y democracia, los líderes mundiales nos condenan a la esclavitud sin cadenas visibles o a la muerte.

 Reyes, presidentes, mandatarios escenifican acuerdos y alianzas con dictadores, tiranos, déspotas y autócratas más preocupados por aumentar el caudal de sus beneficios que por el catastrófico resultado de sus políticas. 

Y cuando las consecuencias estallan en las calles, la represión y la mordaza son la injusta respuesta. Humanidad, fraternidad e igualdad poco importan, son voces ahogadas en el imaginario de la vieja Europa, en la que la etapa de los discursos fue brillante como lo fue Hitler cuando nos llevó a una Segunda Guerra Mundial. No aprendemos.

 No son malos vientos de una época pasajera, son lo que han creado en sus laboratorios financieros: mentecatos con ansias ilimitadas de poder, sin ética, sin escrúpulos, sin honestidad. Porque esos valores en política... sí que se los llevó el viento.


                       

                         *Foto de internet sin autoría conocida.

CELIA HERAS HERNANDO

*Texto publicado en el Deia el 30/05/2024 y en El Correo el 3/06/2024.

domingo, 3 de julio de 2022

 SALUD Y MENTIRAS


Siempre hemos brindado con la palabra salud en la boca, y más desde la pandemia.

Está claro que es una de las constantes vitales más necesaria para la ciudadanía. Por eso estamos alerta cuando oímos crujir de dolor al Sistema Público de Salud, bien sea español o vasco.

Privatizar la sanidad es sinónimo de lucro, y además un hecho recurrente de nuestros gobiernos, junto con discursos plagados de medias verdades y/o absolutas mentiras.                           

            

Hace daño escuchar que hay falta de recursos profesionales en la Atención Primaria, cuando esa planificación ha estado y está en sus manos.


Hace daño ver cómo la modificación que se hace de la Ley General de Sanidad se olvida derogar los convenios con la sanidad privada, que dicho sea de paso ¿dónde estaban en el peor momento de la pandemia?


Hace daño escuchar a los dirigentes banalizar sobre el futuro tecnológico sanitario cuando saben que para la población de cierta edad, estar presencialmente con los y las profesionales de la sanidad es vital porque actúan como sostén y freno de sus preocupaciones y miedos.


Hace daño ver cómo la política se ha convertido en nicho de personas sin ética ni escrúpulos que dirigen sus impulsos a sostener tan solo sus intereses partidistas y personales.

Tomarán mucho Omeprazol. Es la única forma de soportar la bilis que producen sus propias decisiones.


Al resto de la ciudadanía nos queda gritar y sufrir su incompetencia, y por supuesto, combatir.






Carta publicada en El Correo 3/07/2022
Y en El País 4/07/2022

martes, 8 de marzo de 2022

Mujeres de cuidado


Este 8M se lo dedico a madres y abuelas.




Mujeres que sufrieron una guerra, una posguerra, una dictadura. El sistema patriarcal más bruto.


Eran “amas de casa” pero no eran dueñas de nada. 

Ni siquiera de su tiempo porque lo destinaban al cuidado de su entorno. Quitarse de ellas. Entregarlo todo. Sin remuneración. 

Sin reconocimiento porque era lo esperado. Sacrificio y sumisión bajo el prisma católico. 


Fueron golpeadas, ultrajadas y asesinadas porque el cuerpo de las mujeres siempre es una territorio de invasión y conquista.

En la guerra y en la paz.




Y aún así han seguido cuidando de la vida con coraje, sacando pecho, amamantando un futuro mejor para olvidar su árido presente. No tuvieron tiempo de buscar la felicidad; si se les cruzó en el camino, afortunadas, si no a seguir peleando con su destino. Mujeres bandera. Mujeres de cuidado.


Fue una generación de hierro que nos crió para que no fuésemos una generación de cristal. No las defraudemos.



*Carta publicada en El Correo y en el Deia en la sección “Cartas al Director”. 

Algún día conseguiremos que sea “Cartas a la Dirección”.

domingo, 24 de octubre de 2021


ORGULLO Y PREJUICIO 


Siento orgullo por las personas trabajadoras que cuidan, que educan, que curan. Por aquellas que son capaces de apartar sus problemas vitales cuando entran al hospital, al aula, a la residencia.

Hay que tener mucho valor y coraje para enfrentarse al actual y progresivo deterioro del sistema asistencial, educativo y sanitario. Y eso, solo se consigue con vocación; con tripas y corazón formados para empatizar con las personas desprotegidas por edad o salud.




Siento prejuicio por la clase política dirigente que no ha organizado ni dirigido el mapa educativo, formativo y curricular de esta sociedad. Sus políticas están matando la parte vocacional y humana de las profesiones. Recortes, privatizaciones y empleos precarios queman y descuartizan voluntades profesionales.


Si ustedes señores dirigentes no empatizan con las necesidades de la ciudadanía y no tienen vocación de servicio público volcado a mejorar la sociedad, no jodan. 


En política cabe todo. Lo vemos y sufrimos constantemente. 

Pero no debiera ser así.



*Publicada el 24/10/21 en El Correo, en su sección Cartas al director algún día a la Dirección.

martes, 5 de octubre de 2021

 Y vio Dios que la luz era buena.


Así comienza el libro bíblico del Génesis, y es indudable que desde aquellos remotos tiempos la luz ha sido un elemento sinónimo de vida, de don concebido por la gracia divina.
Dar a luz, alumbrar, son verbos otorgados a las mujeres desde que el mundo es mundo para parir nuevas criaturas y mantener la especie.
Un ser de luz es, en lenguaje popular,una buena persona, pero si tiene pocas luces no se le augura un futuro prometedor ni mucho menos “brillante”.
Edad Media, la época de luces y sombras.
Siglo XVIII, el siglo de las luces, de la Ilustración.

Estos simples ejemplos, sólo vienen a confirmar que ya en nuestra cultura judeo-cristiana, se sea creyente o no, la luz es un símbolo que ha marcado nuestra civilización.
Por tanto, no es de extrañar que nuestro sistema socioeconómico, siempre a la búsqueda del negocio, haya puesto el foco en la generación, control y gestión de esta necesidad básica.
Porque nos guste o no, las personas vivimos necesitadas de luz. 

Y no lo digo solo en clave intelectual por el bombardeo mediático que sufrimos, lo digo porque sencillamente nuestra vida actual sin luz no funciona.

¿Se imaginan en pleno confinamiento sin luz? Sin conexión a internet, sin alumbrado en las calles, edificios, fábricas, supermercados, obradores, hospitales etc. Un caos.

Ya nada funciona sin luz. Y lo saben.

 Nos han traído hasta un mundo donde es impensable vivir sin ella y desde luego tampoco queremos volver a las tinieblas. Y también lo saben. 

Han creado una necesidad, una dependencia y un gran negocio que funciona con las coordenadas del libre mercado, generando una de las mayores brechas de desigualdad social: la pobreza energética.
Claro ejemplo de ello es la Cañada Real de Madrid, donde 4500 personas, entre ellas 1800 menores, han sufrido y sufren oleadas de frío y condiciones inhumanas a causa de la carencia de esta.
La ONU ha criticado al gobierno español por la irresponsabilidad ejercida contra la infancia en este caso.

Pero aún hay otro golpe de tuerca más. La luz ha alcanzado en España máximos históricos y sigue desenfrenada. Y la inflación está por llegar.


De momento el precio de la vivienda no baja, la cesta de la compra ha subido y los carburantes siguen con su tendencia al alza.

¿Y los salarios? Los salarios no crecen en la misma proporción. Y el gobierno debate la subida del salario mínimo interprofesional para alcanzar la “astronómica” cifra de 1000 euros. 
El rabo del perejil frente a las sustánciales ganancias obtenidas por las multinacionales energéticas.

Las fauces capitalistas quieren dar otro bocado a la clase trabajadora aprovechando este momento de noqueo pandémico, y lo hacen en otra necesidad básica, la luz.
De seguir este camino, a la ciudadanía le espera un futuro apocalípticamente negro. 
Por seguir con alusiones bíblicas.

La clase trabajadora solo puede responder con lucha, con reivindicación y resistencia organizadas. Reaccionar frente a la avaricia despótica del sistema es poner la proa hacia la luz y en esa tarea hay una responsabilidad individual y colectiva. Se llama militancia. Se llama sindicato.


*Texto publicado por ALDA en su número 16 de septiembre/ octubre.  https://www.ela.eus/alda/artxiboa/alda016/at_download/file